29 agosto 2011

Las antinomias en el uso de Internet

Consecuencias negativas o positivas, según su uso

Hasta el momento, podemos coincidir que Internet y el resto de tecnologías no son buenas ni malas. Al ser herramientas creadas por el ser humano, dependen del uso que éste mismo ha destinado para ellas. Un martillo puede ser bien utilizado para construir una casa o para herir a alguien; sin embargo, el martillo no es bueno o malo. No se le puede realizar un juicio de valor al ser un objeto, pero sí a quien lo usa y cómo lo usa.


"La responsabilidad recae en la persona, en que sepa controlar el uso de la tecnología"

Con la tecnología e Internet funciona igual, depende de cómo los utilicemos para poder discernir si el uso es adecuado o no. En un artículo anterior ¿Cuál es el atractivo de Facebook?, indiqué que la persona encuentra en la tecnología, Internet y Redes Sociales el cumplimiento de dos necesidades básicas: la necesidad del Otro y la necesidad de estar informado, esto será importante para entender este artículo.

Por antinomia entendemos la contradicción de dos principios racionales, o de una manera sencilla de explicar, son antónimos. No es necesario ser experto para darnos cuenta de las antinomias que presenta la tecnología, solo un poco de atención y sentido crítico.


Antinomias tecnológicas


Necesidad del Otro: al encontrarte virtualmente con conocidos o amigos.


Necesidad del afecto desordenado: al intentar llamar la atención para ser visto o aceptado por el resto.


Necesidad de estar informado: buscar noticias e información de actualidad que sirvan para el conocimiento personal.


Chisme, curiosidad, subjetividad, suposiciones: se vuelve un vouyerismo moderno, una ventana abierta para saber del otro lo que normalmente no podríamos saber.


Diversión y ocio: con los nuevos inventos, existen creaciones que sirven para nuestro entretenimiento, lo cual es bueno.


Vicio y pérdida de tiempo: el exceso de entretenimiento, lleva a distraer la atención de cosas más importantes.


No es difícil darnos cuenta que en algún momento hemos estado en ambos lados. La responsabilidad recae en la persona, en que sepa controlar el ¿cómo?, ¿dónde?, ¿cuándo?, ¿cuándo? y ¿por qué? del uso de la tecnología, para que exista una reflexión sobre su uso y no sea simplemente la inercia de la tecnología la que me lleve a usarla sin pensar. 


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